Una vez que parece que lo peor de la crisis ya ha pasado, muchos inversores se animan a entrar en el mercado aprovechando las oportunidades. No obstante, antes de llevar a cabo cualquier operación, es importante conocer los principales errores que pueden cometer, con el objetivo de evitarlos.
El primer error que suelen repetir los inversores es no definir de forma clara sus objetivos. Es necesario contar con una estrategia de inversión sólida y estable, que cumpla con esos objetivos. También es muy positivo fijar plazos para poder calcular si la inversión está siendo rentable.
Otro error que a menudo cometen quienes quieren comenzar a invertir es la falta de diversificación. Está claro que unos sectores son más rentables que otros, pero hay que tener en cuenta que el ciclo económico puede provocar graves alteraciones que repercutan en el buen estado de las compañías que en un principio considerábamos ganadoras. Una cartera diversificada es uno de los aspectos más positivos a la hora de invertir, ya que de esta forma el riesgo disminuye, algo que es muy importante en momentos como el actual.
Por otro lado, algunos inversores se centran sólo en determinados mercados, como el nacional. Sin embargo, en un entorno globalizado en el que vivimos, es muy importante diversificar también las carteras a nivel mundial, para aprovechar las oportunidades que nos ofrecen las compañías de otros países.
Por último, un error muy común entre los inversores es dejarse llevar por sus emociones y sentimientos. Para ello, la labor de un gestor o asesor puede ser fundamental, ya que el objetivo es no realizar movimientos de los que puedan arrepentirse posteriormente. Además, es muy importante manejar datos y análisis objetivos, que nos faciliten la tarea de decisión.